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AQUÍ PUEDE "LEERSE"...
<«No parecemos habitar el mismo planeta que habitaron nuestros antepasados… Para que un hombre esté a gusto, diez deben trabajar y pasar penalidades… La tierra no nos da alimento más que a cambio de grandes trabajos e industriosidad… El aire a menudo resulta impuro e infeccioso.»
Esto no es activismo ecológico moderno...Es... el lamento del reverendo Thomas Burnet, autor del trabajo geológico más popular del siglo diecisiete: "The Sacred Theory of the Earth". Sus palabras retratan un planeta caído de la gracia original del Edén...
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Burnet inició sus investigaciones para averiguar de dónde había venido el agua del diluvio de Noé. No estaba convencido de que los océanos modernos pudieran anegar las montañas de la Tierra... rechazaba la idea de que el diluvio pudiera haber sido un evento meramente local, falsamente magnificado por testigos a los que les habría resultado imposible viajar a grandes distancias... ya que ello contravendría la autoridad de las sagradas escrituras. Pero rechazaba aún más vehementemente la idea de que Dios se hubiera limitado simplemente a crear el agua necesaria como milagro... ya que ello entraría en contradicción con el mundo racional de la ciencia...>
... y... ¿entonces...?
<A partir del caos del vacío primigenio, se precipitó nuestra Tierra como una esfera perfectamente ordenada. Sus materiales se clasificaron por sí mismos con arreglo a sus densidades. Las rocas pesadas y los metales formaron un núcleo sólido... en su centro con una capa líquida por encima y una esfera de productos volátiles por encima del líquido. La capa volátil consistía en su mayor parte en aire, pero incluía también partículas terrestres. Estas precipitaron... para formar una superficie perfectamente lisa y sin accidentes sobre la capa líquida.
En esta Tierra lisa se produjeron las primeras escenas del mundo, y la primera generación de la Humanidad; disfrutaba de la belleza de la juventud y la Naturaleza en florecimiento, fresca y fructífera, y sin una arruga, cicatriz o fractura en toda su superficie; ni Rocas ni Montañas...
En medio de esta perfección original no existían las estaciones, ya que el eje de la Tierra se erguía perfectamente perpendicular y el Jardín del Edén... situado en una latitud media, disfrutaba de una perpetua primavera.
... la destrucción de este paraíso sobre ella instalado... se produjo... en el momento en el que la desobediente humanidad estaba necesitada de un castigo. La lluvia se hizo escasa, y la tierra empezó a secarse y agrietarse. El calor del sol evaporó parte del agua que había debajo de su superficie. Esta salió a través de las grietas, se formaron nubes, y comenzaron las lluvias. Pero ni siquiera cuarenta días y cuarenta noches podían aportar la cantidad suficiente de agua, y tuvo que surgir más de los abismos. La lluvia selló las grietas, formándose una olla a presión sin válvula de seguridad al subir a la superficie el agua que se vaporizaba bajo tierra. La presión fue en aumento, y la superficie reventó al fin, produciendo inundaciones... y la ruptura y desplazamiento de la superficie original de la Tierra para formar las montañas y las cuencas oceánicas. Tan violentas fueron estas disrupciones que la Tierra se vio sacudida a su posición actual de inclinación axial...
http://4.bp.blogspot.com/_tGHzOEp3UKA/TTcbaV0Bc-I/AAAAAAAACbU/oCzGhs-zQe8/s1600/BURNET_1684_Theory_Earth.jpg
Illustration from Thomas Burnet´s book "The Sacred Theory of the Earth", published in 1684, where he tries to explain the fitting shapes of the
continents by the biblical flood. Parts of the crust of earth broke up (first drawing), releasing water from the underground. This water covers the entire
planet (second drawing), and finally flowing back in the fissures leaves back a shattered crust that now forms islands and continents (last drawing).
... Las aguas se retiraron finalmente a las cavernas abisales dejando tras de sí «una gigantesca y horrorosa ruina… un destrozado y confuso montón de cuerpos». El hombre, desdichado él, había sido hecho para el Edén, y la duración patriarcal de la vida, de cerca de novecientos años, quedó reducida a menos de la décima parte.
Y así... nosotros, habitantes de un «sucio y pequeño planeta» esperamos su transformación como nos fue prometida por las escrituras... Los volcanes de la Tierra harán erupción todos a la vez... La Inglaterra protestante, con sus reservas de carbón... arderá con furia... el fuego estallará... en Roma, el hogar papista del anticristo. Las partículas calcinadas se precipitarán lentamente de vuelta sobre la Tierra, formando de nuevo una esfera perfecta y carente de relieves. Y así comenzará el reinado de mil años de Cristo. A su término, los gigantes Gog y Magog aparecerán, forzando una nueva batalla entre el bien y el mal. Los santos ascenderán al seno de Abraham, y la Tierra, finalizado su camino, se convertirá en una estrella.
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¿Absolutamente fantástico?... no para 1681... Burnet era un racionalista, que respaldaba la preeminencia del mundo de Newton... porque la primera preocupación de Burnet consistía en describir una historia de la Tierra configurada, no a golpe de milagro o de capricho divino, sino por medio de procesos naturales, físicos...
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... tuvo considerables problemas... el obispo de Hereford atacó la confianza de Burnet en la razón: «O bien su cerebro se ha derrumbado bajo el peso del amor a sus propias invenciones, o su corazón está podrido por algún malvado propósito»... (... la ciencia no puede discutir estas cuestiones y debemos esperar alguna futura revelación acerca de su solución). John Keill, un matemático de Oxford, argumentaba que las explicaciones naturales de Burnet eran peligrosas porque animaban a pensar que Dios era superfluo.
... Burnet prosperó un tiempo. Se convirtió en Funcionario... en la corte de Guillermo III... Según los rumores fue incluso considerado para la sucesión del arzobispo de Canterbury. Pero... En 1692, publicó una obra que defendía una interpretación alegórica de los seis días del Génesis... y perdió inmediatamente su puesto...>
